La calidad excesiva se refiere a un nivel de excelencia que supera las expectativas y está por encima de lo común. Se trata de un estándar superior que se caracteriza por su perfección y atención al detalle, lo que resulta en un producto o servicio excepcional. Sin embargo, esta calidad puede ser considerada excesiva cuando su costo o nivel de complejidad supera el valor o la necesidad real del consumidor. En resumen, la calidad excesiva es un equilibrio delicado entre la excelencia y la utilidad, que puede ser altamente valorada o cuestionada dependiendo del contexto y la perspectiva.