Una valiosa colección de relaciones comerciales que una empresa ha cultivado y mantenido a lo largo del tiempo. Esta cartera representa un activo estratégico que refleja la confianza y lealtad de los clientes, así como su potencial para generar ingresos recurrentes. Una buena gestión de la cartera de clientes implica mantener una comunicación constante y personalizada con cada cliente, brindando un servicio excepcional y adaptándose a sus necesidades cambiantes para garantizar su satisfacción y fidelidad a largo plazo. En resumen, una cartera de clientes sólida es la clave para el éxito y crecimiento sostenible de cualquier negocio.