Una forma de intercambio y uso de bienes y servicios entre individuos, basada en la confianza y la colaboración, en lugar de la propiedad individual. Esta práctica fomenta la sostenibilidad, el ahorro económico y la creación de comunidades más conectadas y solidarias. En el consumo colaborativo, todos somos tanto proveedores como consumidores, creando una economía más equitativa y consciente.