Los costes de extracción son aquellos gastos necesarios para obtener un recurso natural o material de la tierra, ya sea mediante la minería, la agricultura o la pesca. Estos costes incluyen no solo los gastos directos de la extracción en sí, como el uso de maquinaria y mano de obra, sino también los costes indirectos como el transporte, el almacenamiento y la gestión de residuos. En resumen, los costes de extracción son el precio que se paga por aprovechar los recursos de nuestro planeta, y su correcta gestión es esencial para garantizar un equilibrio sostenible entre la explotación y la preservación de nuestro entorno natural.