La acción de disminuir o anular el impacto positivo de una promoción o campaña publicitaria, ya sea por una mala gestión, una estrategia inadecuada o factores externos. Este fenómeno puede provocar una pérdida de interés en el público objetivo y afectar negativamente la imagen y reputación de una marca o producto. En resumen, la destrucción del valor promocional es el enemigo silencioso de cualquier esfuerzo de marketing, que puede deshacer en un instante todo el trabajo y la inversión realizados.