La diferenciación descendente es un proceso en el que se identifican y desarrollan características únicas y distintivas en un producto o servicio, con el objetivo de destacar y diferenciarse de la competencia en el mercado. Se trata de una estrategia clave para atraer y fidelizar a los clientes, al ofrecerles algo único y exclusivo que no pueden encontrar en otros lugares. Esta técnica implica un profundo análisis de las necesidades y preferencias de los consumidores, así como una constante innovación y mejora en la calidad y presentación del producto o servicio. En resumen, la diferenciación descendente es el arte de destacar en un mar de opciones, creando una identidad propia y atractiva que atraiga a los consumidores y los convierta en fieles seguidores de la marca.