La postura de venta es una estrategia utilizada por los vendedores para persuadir y convencer a los clientes potenciales de adquirir un producto o servicio. Se trata de una actitud proactiva y empática que busca entender las necesidades del cliente y ofrecer soluciones personalizadas, generando confianza y estableciendo una relación de beneficio mutuo. Una buena postura de venta implica habilidades de comunicación efectiva, conocimiento del producto y capacidad de adaptación a diferentes situaciones, con el objetivo de cerrar una venta exitosa. En resumen, es una combinación de actitud, habilidades y estrategia que permite al vendedor lograr sus objetivos comerciales mientras satisface las necesidades del cliente.