Los precios injustificadamente bajos son aquellos que no se corresponden con el valor real de un producto o servicio, y que suelen ser utilizados como una estrategia de competencia desleal. Estos precios, además de ser perjudiciales para la economía y el mercado, pueden ser una señal de baja calidad o de prácticas poco éticas por parte del vendedor. En resumen, son precios que no tienen una justificación lógica y que pueden generar desconfianza en los consumidores.