Un producto de sustitución es aquel que, aunque no es idéntico al original, puede ser utilizado para satisfacer una misma necesidad o deseo. Es una alternativa viable y atractiva que compite con el producto original en términos de calidad, precio y funcionalidad. En un mercado cada vez más diverso y competitivo, los productos de sustitución ofrecen a los consumidores opciones y libertad de elección, fomentando así la innovación y mejorando la experiencia del usuario. Sin duda, son una fuerza impulsora en la evolución y mejora constante de los productos existentes.