Un método de experimentación en el que se comparan dos versiones de un mismo vídeo para determinar cuál tiene un mejor rendimiento en términos de interacción y conversión. Estas pruebas permiten a los creadores de contenido y a los especialistas en marketing tomar decisiones informadas sobre qué elementos del vídeo, como la duración, el tono o la llamada a la acción, tienen un impacto positivo en la audiencia. Al realizar pruebas A/B de vídeo, se pueden optimizar los resultados y crear contenido más efectivo y atractivo para el público objetivo.