La teatralización se refiere al proceso de transformar una situación o evento en una representación dramática, con el objetivo de generar una reacción emocional en el público. Este término también puede ser utilizado para describir el acto de exagerar o manipular la realidad con fines dramáticos. Por otro lado, el sesgo de representación se refiere a la tendencia de presentar una versión parcial o distorsionada de la realidad en una representación teatral, con el fin de influir en la percepción del público sobre un tema o situación en particular. Ambos términos están estrechamente relacionados y pueden ser utilizados para analizar y comprender cómo el teatro puede ser utilizado como una herramienta poderosa para moldear la opinión y la perspectiva de la audiencia. En resumen, la teatralización y el sesgo de representación son elementos fundamentales en el arte del teatro, que pueden ser utilizados tanto para entretener como para influir en la sociedad.